En ti yace una semilla divina.
Una chispa universal.
Eres hijo de Dios.
No te agobies por todo lo malo que te sucede, no eres víctima, eres espectador, contempla los problemas y saca lo mejor de ello.
No estas en esta existencia para sufrir, estas en esta existencia para aprender, superarte y ser un mejor ser.
Estas en esta existencia para ser una expresión de lo divino, de lo bueno y del amor.
El primer lugar para empezar es en tu corazón, para que en la medida que tu corazón sane, puedas irradiar tu renacer a tu alrededor.
Que tu ser, que tu luz y que Dios te guíen siempre.